Tatuajes, piercing y embarazo: 5 cosas que debes saber
Tatuajes y piercings en el embarazo. ¿Son peligrosos? ¿Se pueden hacer? Y si ya tienes un piercing en el ombligo, ¿qué debes hacer?.
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Los tatuajes y piercings son algo cada vez más común. Son muchas las personas que los llevan pero en el caso de las mujeres puede que surjan dudas cuando se produce un embarazo. Generalmente se recomienda no hacerse un tatuaje durante el periodo de gestación de la misma manera, que se recomienda no hacerse y no llevar piercings en zonas como la del ombligo o la de los pezones, pero ¿Qué hay de cierto en todo ello? Conozcamos ahora todo sobre tatuajes y piercings en el embarazo.
Tatuajes, piercing y embarazo
Toma nota de las cinco cosas que ahora señalamos ya que te aclararán cualquier duda que tengas sobre hacerse un tatuaje o un piercing en el embarazo o el hecho de ya tenerlos y que dudemos si tal vez va a cambiar algo.
Tatuajes después del embarazo: ¿Qué cambia?
Para las futuras madres que ya tienen un tatuaje en el estómago, los senos o las caderas, surge la pregunta de cómo podría cambiar el tatuaje después del parto. Por supuesto, no hay una respuesta universalmente válida a esta pregunta. Mucho dependerá de la elasticidad de la piel de la mujer, de su edad, de los kilos cogidos… Digamos, sin embargo, que en general es probable que después de dar a luz, el tatuaje pueda aparecer más descolorido o resaltado por pequeños (y inevitable).
En cualquier caso, nada irreparable. Un buen tatuador sabrá, tras el nacimiento del niño y una vez que el cuerpo ha vuelto a su forma original, devolver el dibujo a su estado original.
¿Se deben quitar los piercings durante el embarazo?
La respuesta es no si no molestan y no causan dolor. Una perforación en la nariz o en la oreja no interfiere con el embarazo de ninguna manera. En cuanto al piercing en el pezón o el ombligo, sin embargo, es muy subjetivo: para algunas mujeres basta con cambiar la forma y el tamaño de la joya para evitar problemas. Otros, en cambio, por el dolor, se ven obligados a eliminarlo todo. En caso de parto por cesárea, en cualquier caso, o cirugía de urgencia, se retiran todos los piercings y pendientes, así como el esmalte de uñas de pies y manos.
¿Me puedo tatuar o hacer un piercing durante el embarazo?
La respuesta es sí, es posible, pero muy desaconsejable. De hecho, cada vez que te pinchas con una aguja aumentan las posibilidades de contraer infecciones. No solo. Debido a las hormonas, las reacciones pueden ser diferentes de las esperadas o de las que ocurrirían en un estado normal. Por eso, es mejor esperar al nacimiento del niño para cualquier iniciativa de este tipo.
¿Es cierto que un tatuaje en la espalda impide que me pongan la epidural?
La respuesta es no, pero mucho dependerá del anestesista. Digamos que, en general, existe la posibilidad de que la aguja, atravesando la piel, lleve consigo pequeñas partículas de colorante que podrían entrar en la médula espinal con todas las consecuencias que de ello se pudieran derivar para la salud de la futura madre.
¿Puedo dar el pecho si tengo un piercing en el pezón?
Aunque la presencia de un piercing en el pezón no afecta la producción de leche y, por lo tanto, la posibilidad de amamantar a la futura madre, el anillo del piercing es bastante peligroso durante la lactancia. No solo eso, de hecho, podría ser tragado accidentalmente por el niño. Pero podría causarle dolor a la mamá, lo que le dificultaría continuar. El consejo, por tanto, al nacer el bebé es quitarse el piercing, procurando cuidar bien la zona para que no se cierre el orificio del piercing.
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